Microcuentos de Semana Santa

Me temo que le debo una cena a uno de mis hermanos, que decidió reiniciar su blog, Pediatra humanista, a la misma vez que yo el mío. Como en casa nunca hemos sido de dejarnos ganar, le reté a que el primero que estuviese dos semanas sin escribir en el blog invitase al otro a una cena… Pero como no quiero adelantar acontecimientos esperaré a que sea él el que se dé cuenta.

De todas formas, ha tenido el detalle de darme una pista para esas semanas en que no se te ocurre nada que escribir: «Sé que él lo tiene fácil, pues es bueno haciendo relatos cortos, así que cuando el cerebro no le dé probablemente utilice este recurso». Y la verdad es que el cerebro habitualmente no me da, así que aprovecho para hacer aquí una pequeña recopilación de microrrelatos de Semana Santa, tanto de este año como de los anteriores. Para facilitar la comprensión de algunos relatos, pongo la referencia bíblica en la que se inspiran:

DESENGAÑO

Me emocioné con aquellos cánticos y alabanzas.

Luego me di cuenta de que eran para Él, no para mí.

¡Seré burro!

(Lc 21,35-38)

EXCUSAS

Él sabe cuánto le aprecio yo y le respeto. Pero ha perdido definitivamente la cabeza. Él comprenderá que lo hago por su bien. Y por el bien del pueblo. Yo no busco ningún provecho propio. ¿Para qué voy a necesitar yo treinta monedas de plata?

(Mc 26,14-16)

CONOCIMIENTO PROPIO

¿Cómo es posible que se fíe tan poco de mí? ¿No le he demostrado con creces mi lealtad? Además, me caigo de sueño y de aquí a que cante el gallo lo más probable es que esté roncando en mi lecho a pierna suelta. Como para negarle tres veces…

(Jn 13,36-38)

RECONOCIMIENTO

Tras limpiar el rostro desfigurado y sanguinolento del condenado, la mujer descubrió con sorpresa los mismos ojos agradecidos de aquel nazareno al que había auxiliado años atrás.

INTUICIÓN

Menudo alboroto hay a la entrada de la ciudad. Con las ganas que tengo de llegar a casa.

No sé por qué vine aquí, hace más de veinte años, creyendo que YHWH me iba a necesitar. Con lo a gusto que estaría yo ahora celebrando la Pascua en Cirene.

(Mc 15,21)

RECOMIENZO

Parecía el triste fin de la historia, pero resultó ser el preludio del más maravilloso de los comienzos.

ΧΡΙΣΤΟΣ ΑΝΕΣΤΗ