Tuteo olímpico

El otro día, en una clase de 1º de la ESO estábamos haciendo los ejercicios que vienen en el libro. Hay algunos ejercicios que te parece que sobran, por lo simples y lo absurdo, pero que mandas para que el personal vea que no todo es tan complicado.

Uno de esos ejercicios consistía en inventarse una conversación con un señor por la calle que te preguntaba una dirección, con el hándicap de que tenías que tratar al individuo de usted… Y entonces descubrí cuánta razón tenía Lasso de la Vega cuando, indignado, en la facultad, no recuerdo muy bien a cuénto de qué, exclamó que estamos en la época del tuteo olímpico. Había varios alumnos que no eran capaces de utilizar el tratamiento de cortesía: «usted sigues recto y…». El resto de la clase me lo pasé tratándoles de usted y aguantando la risa. Me imagino que también se escandalizaría el primero que empezó a comprobar que el «vos» o «vuecencia» caía en desuso.

De todas formas, aún no está todo perdido. Hoy mismo, cuando subía por las escaleras después del recreo, me ha parado un alumno al que no doy clase y me ha dicho: «Perdone, ¿es usted Eduardo Ares?» y yo, con mi cara de que lo más normal del mundo es que me traten de usted en el Instituto, le he respondido que sí. Y resulta que me traía recuerdos de una alumna del año pasado a la que sólo conoce de un foro de Internet, en el que no sé por qué debio de comentar que era de San Martín, y L. le debió de preguntar si me conocía, el otro le respondería que no, pero que ya preguntaría y hoy, por fin, me ha encontrado. Y es un gusto, no sólo que queden alumnos que sepan tratar de usted, sino también que te lleguen recuerdos del pasado por los caminos más inverosímiles.

4 comentarios en “Tuteo olímpico

  1. Curioso las dificultades en construir el usted. No creo, sin embargo que debamos entender esa carencia en clave d edesortesía como hacía tu profesor, creo que responde a hábitos sociales en los que la proximidad entre las personas, intergeneracional también, se hace más evidente, no?

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  2. Eduardo: ¿De verdad consideras un hándicap el empleo de la palabra usted?

    Para mí sería una obligación, un deber, una fórmula de buen gusto… pero, ¿un hándicap?

    Yo trato a los alumnos de usted cuando les hablo a todos juntos, porque considero que es una forma de mostrales respeto, aunque a la mayoría de ellos en las conversaciones más proximas los tuteo, les sonrío, los consuelo, etc.

    Mi madre, esa sabia de muchos años que no tiene estudios, me dio uno de los consejos que yo intento inculcar a los chicos: el «por favor», el «gracias» y el «usted» abre muchísimas puertas. ¿O no?

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  3. Hombre genial, por llamarte de alguna manera, se echan de menos tus entradas geniales. No lo digo porque las últimas sean malas, si no porque escribes poco a menudo.
    Un saludo y no lo dejes nunca, que la enseñanza es la profesión más bella que el hombre ha inventado e inventará. Gracias a ella somos lo que somos ahora y puedes entenderme lo que escribo.

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  4. Julio, esto contigo, no lo considero una falta de «edesortesía» (ya me explicarás qué significa esto o que había en el café que te tomaste mientras hacías el comentario). De hecho, no me imagino a mis cuñadas y cuñados tratando de usted a mis señores padres.
    Begoña, creo que ahí me has pillado. Inconscientemente he considerado lo del tratamiento de usted como un hándicap («circunstancia desfavorable, desventaja»). Se ve que estoy tuteado hasta la médula. Durante diez años, los alumnos me han llamado «don Eduardo» y de usted y creo que no por eso la relación era más lejana.
    Homo homini lupus, gracias a comentarios como el tuyo a uno se le cae la cara de vergüenza y se dice: «de hoy no pasa sin actualizar el blog».

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