El largo camino a la enseñanza pública

Me he pasado toda la semana conteniendo la respiración y con la respiración se ve que contenía también la escritura. Nunca había tenido tan abandonado el blog y al final pasa lo de siempre: en cuanto uno se desengancha y pierde la rutina resulta mucho más difícl recuperar el hábito.
El caso es que el viernes día 7 salieron las notas de Madrid y no me puedo quejar: de los 125 de cada tribunal han pasado unos 25 y yo soy uno de ellos y además con bastante buena nota (8,9796, no sé de dónde habrán sacado tanto decimal), aunque hubo un campeón que sacó un 10, como en las películas.
Todo tiene muy buena pinta, pero ando un tanto agobiado acabando de preparar la «encerrona» que tendré el miércoles. Último escollo del largo camino a la enseñanza pública.
El examen consiste en la defensa de una Programación Didáctica (PD para los amigos) y la exposición de una Unidad Didáctica (UD, lógicamente) de entre las que aparecen en tu programación. También cabe la posibilidad de defender una Unidad Didáctica de entre los 72 temas de la oposición, pero no sé si habrá algún osado que decida probar suerte con ese método, en lugar de tener que defender una de sus 15 unidades (ése es el mínimo, yo, por chulo y por tonto, he preparado, o mejor dicho, estoy preparando 18).
Cada día hay cuatro personas que hacen el examen. Sacan tres bolas de entre las que eligen la unidad que van a exponer y tienen una hora para preparársela con todo el material que quieran, encerrados en un aula (de ahí, quizá, el nombre de encerrona). Cada día se examinan cuatro, menos el miércoles, que lo hacen cinco. Y es precisamente el miércoles cuando defiendo yo y soy el quinto: estoy citado a las ocho, pero haciendo cálculos me temo que actuaré más allá de las cuatro de la tarde.
Me pongo en la piel del tribunal y me parece que no debe de ser muy agradable: llevan un par de semanas escuchando diariamente a ocho personas que les leen sus exámenes, ahora empieza otra semana en la que les van contando programaciones y unidades… Es para acabar harto. Así que estoy pensando en cómo hacer una buena captatio benevolentiae, para que no se me duerman, y creo que empezaré contándoles un cuento: no tiene mucho que ver con la programación, pero es mucho más entretenido.

Un comentario en “El largo camino a la enseñanza pública

  1. Muchas felicidades por tu notaza y muchísima suerte en la encerrona. No te agobies, que ese mal rato merece la pena y ya tienes la plaza, como quien dice, en la palma de tu mano.
    Espero tu narración de los hechos…
    Un saludo.

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